Bendito seas, Señor,
por los que rechazan la espiral de la venganza,
levadura del perdón.
Bendito seas
por los que rompen las fronteras entre pueblos,
levadura de fraternidad.
Bendito seas
por los que no aceptan la fatalidad de las guerras,
levadura de paz.
Bendito seas
por los que suprimen las distancias
y se van a cuidar de los pobres,
levadura de curación.
Bendito seas
por los que luchan contra toda forma de injusticia,
levadura de liberación.
Bendito seas
por los hombres y mujeres de oración,
levadura de adoración silenciosa.
Bendito seas
por todas las comunidades cristianas
que se reúnen a lo ancho del mundo,
levadura de tu Iglesia universal.
Bendito seas
por los hombres-levadura,
habitados por tu Espíritu,
a los que tú has escogido
en las cuatro esquinas del mundo,
en lo más hondo de la masa humana.
Ellos contagian tu Reino de amor
que transfigura tu creación.
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Muchas gracias, Carmen Elena por tu diligencia en abrir nuestro blog. Ahora tendremos que aprender a usarlo.
ResponderEliminarUn besito.
Pepa.
Juan Bautista ya tuvo esta intuición: Cristo no viene para unos cuantos sino para todos. Ahí se encuentra uno de los mensajes de alegría del Evangelio.
ResponderEliminar!Qué bien. He conseguido poder participar. Espero nos enriquezcamos todos. Un beso. Luisa.
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