jueves, 25 de junio de 2009

ABRAHAM Y RUBLEV. ICONO DE HOSPITALIDAD. ICONO DE UN DESTELLO DE AMOR. ICONO DE UNA PROMESA.


“Se le apareció Yavé (a Abraham) en la encina de Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día. Levantó los ojos y he aquí que había tres individuos parados a su vera. Como los vio acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra y dijo:
- Señor mío, si te he caído en gracia, no pases de largo cerca de tu servidor. Que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo ese árbol, que yo iré a buscar un bocado de pan y repondréis fuerzas. Luego pasaréis adelante, que para eso habéis acertado a pasar a la vera de este servidor vuestro.
Dijeron ellos:
- Hazlo como has dicho.”
(Gn 18, 1-53)


Rublev, en el siglo XVI, pintó en el más hermoso icono que se ha visto nunca inspirándose en este texto del Génesis. Desde ahí toma nombre a nuestro blog.
El Icono de la Trinidad invita a entrar en la escena e ir más allá de los datos materiales para contemplar el misterio de la fe.
Se trata de una teofanía magnífica:
Dios se acerca a nuestras vidas, se hace el encontradizo, pasa… pero no se aleja indiferente (…) espera la invitación para entrar en nuestra tienda y sentarse a nuestra mesa. Dios quiere tratarnos como amigos, entablar con nosotros una relación de intimidad; quiere tratarnos como trató a Abrahán y Sara, como amigos. Quiere regalarnos su amistad, bendecirnos. No quiere guardarse nada que pueda ser bien para nosotros.
Por eso, este Icono no es sólo el Icono de la Trinidad, sino también de la Hospitalidad, del sentirse huésped y anfitrión, de sentarse a la mesa y compartir con el otro. Es el Icono de un destello de Amor, el de Dios, el Hacedor de Promesas.

1 comentario:

  1. Que nuestra vida sea una encina acogedora como la de Mambré: encuentro de miradas, comunión, hospitalidad, mesa abierta...

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